En el momento que decidimos crear una sitio web nos surgen dos dudas, que nombre de dominio escogeremos y donde la alojaremos. Y es en este último donde más quebraderos de cabeza nos lleva, porque actualmente existen tantas ofertas que no sabes cuál se adapta a tus necesidades. Desde Banali vamos ayudar a decidiros y podáis escoger el hosting perfecto para vuestro proyecto.
¿Con dominio o sin dominio incluido?
Una de las principales ventajas de que tu hosting incluya un dominio es que en la mayoría de los casos es gratuito el primer año y además por estar en la misma empresa no te tienes que preocupar por la configuración de los DNS, en cambio si contratas un hosting en un proveedor de servicios diferente al del dominio tendrás que configurar los DNS de tu dominio para que apunten a tu hosting y la actualización de estos cambios se puede demorar unas horas.
Aspectos técnicos a la hora de elegir un hosting
Lo primero que tenemos que tener claro es que tipo de proyecto vamos a realizar, no es lo mismo montar un WordPress para un blog o una página corporativa que una tienda online y tampoco es lo mismo una tienda online con doscientos productos que mil. Ya que cada CMS o programación web que realizaremos consumirá unos recursos u otros y si nuestro hosting se queda corto podremos sufrir caídas de servicio o lentitud a la hora de carga nuestro proyecto.
Existen varios tipos de hosting, tenemos los compartidos, los VPS y los dedicados. El hosting que todos conocemos y el que más promocionan las empresas es el compartido, y aunque no lo vendan de esta forma debemos saber que al contratar este servicio estamos compartiendo espacio, recursos y ancho de banda con otros proyectos instalados en el mismo servidor. Por lo que si ese servidor sufre una avería o nuestro vecino se le ocurre instalar una tienda online con mucho peso, sufriremos las consecuencias.
Los VPS llamados servidores virtuales son servidores con recursos dedicados de manera virtual, es decir que a un servidor muy grande le hicieron separaciones, como en el primer caso pero a mayor escala, en este tipo de servicio tenemos disponible los recursos totales que nos ofrezcan, podemos usar más o menos pero recursos pero siempre serán nuestros y no los compartiremos con otros.
Y para terminar tenemos los servidores dedicados, este tipo de servicio no es mas que un servidor completamente nuestro, tiene un coste mayor al resto pero tiene una de las mayores ventajas que puedes tener y es que no compartes recursos con ningún vecino, tienes una IP dedicada y puedes hacer con el lo que quieras.
Una vez tengamos claro que tipo de servidor queremos, tenemos que fijarnos en los principales aspectos, que son:
- CPU
- La CPU es muy importante a la hora de gestionar bien un proyecto grande, si tenemos instalada una tienda online con muchos productos, necesitaremos un servidor con una buena CPU de al menos cuatro u ocho núcleos.
- RAM
- Al igual que la CPU la RAM es importante a la hora de que la carga de nuestra web sea lo más rápida posible. Un truco para saber si vas bien de RAM es intentar encontrar un servidor que tenga lo mismo de RAM que de CPU, por ejemplo 8 núcleos con 8GB de RAM
- Disco duro
- Valoremos bien nuestro proyecto, ¿necesitamos mucha capacidad o poca? tendremos cargadas muchas imágenes, videos, etc. ¿Cuánto pesa nuestro proyecto?. Ten cuidado con las empresas que te ofrecen discos duros de muchos GB eso significa que tendrán un máximo de archivos. Por ejemplo, si te ofrecen 100GB es posible que tenga una limitación de 10.000 directorios, esto quiere decir que no podrás tener más de 10.000 carpetas pero si 1 archivo de 100GB.
- Ancho de banda
- En algunos servidores el ancho de banda está limitado, suele ser en unos 10GB o más, que si estás empezando no lo llegarás, pero si tu proyecto crece tenlo en cuenta.
- Transferencia de archivos
- También se puede dar el caso que te limiten la subida de ficheros a tu servidor por FTP.